Las preocupaciones, la inactividad y el aislamiento al que estamos sometidos en estas últimas semanas están haciendo un poco complicado dormir bien.

Muy acertadamente decía Nietzsche en Así habló Zaratustra que “Dormir no es arte pequeño: se necesita, para ello, estar desvelado el día entero” y que “Diez veces tienes que superarte a ti mismo durante el día: esto produce una fatiga buena y es adormidera del alma”.

Según Forkel, primer biógrafo de Johann Sebastian Bach (1685-1750), el músico compuso las Variaciones Goldberg por encargo del insomne conde Keyserling, exembajador ruso en la corte del elector de Sajonia. El conde estaba enfermo y dormía muy mal, por lo que solía pedir a Goldberg, su clavecinista, que interpretara piezas al clave para intentar sobrellevar las noches en vela. A Bach se le ocurrió componer unas variaciones, una forma musical con cierta estructura repetitiva, basadas en un aria con el que empezaba la obra.

Cuando el sueño no se presenta, dicen los expertos que lo mejor es levantarse de la cama y hacer alguna actividad hasta que Morfeo aparezca. Además, la noche se considera uno de los momentos más inspiradores y mágicos del día. Bach utilizaba la luz de la luna para copiar sus partituras. Boccherini (1743-1805), al que le apasionaba el bullicio por la noche, y que probablemente disfrutara de la movida madrileña en el siglo XVIII, cuando trabajó para la corte española, compuso la Serenata de las calles de Madrid para describir el ambiente nocturno de la capital.
Hasta nuestros días ha llegado el mito del poeta y músico griego Orfeo, que cantaba y tocaba la lira con tanta maestría que embelesaba hasta a las fieras. Tal era la capacidad relajante de su música, que consiguió convencer al Dios de los infiernos para que dejase regresar a su amada Eurídice del Mundo de los Muertos.

El cerebro, el corazón, la circulación sanguínea y nuestra respiración marcan un ritmo que cuando estamos alterados se acelera. Por tanto, no es extraño que la música sirva para inducir a la relajación y al sueño. Existen muchos estudios que concluyen que la música puede aliviar los síntomas del insomnio. Lo más conveniente es seleccionar música tranquila, que emule las características que están presentes en las ganas de dormir.

Un tempo lento entre 50 y 80 pulsaciones por minuto, una dinámica estable, sin cambios bruscos de volumen, y una estructura sencilla y repetitiva es una apuesta segura. En la música clásica, el jazz o la música New Age, con sonidos que recuerdan a la naturaleza, podríamos encontrar muchos ejemplos válidos. 

Si focalizamos nuestra atención en una música adecuada, se crea una distracción positiva que, al interrumpir los procesos relacionados con la expectativa de dormirnos, hace más fácil conciliar el sueño. La música es capaz de modular nuestro estado de activación fisiológico, regulando el sistema nervioso autónomo al promover la relajación, por ejemplo, reduciendo los niveles de cortisol, la hormona que se libera en situaciones de estrés. Además, rebaja el ritmo cardíaco y el respiratorio.

Las piezas musicales denominadas nocturnos, de carácter íntimo e introspectivo, son ideales para relajarse. Se componían para ser interpretadas en fiestas por la noche. Son obras sencillas para piano y excepcionalmente para orquesta, que están impregnadas del misterio de la noche.  Los mejores nocturnos son obra de Chopin (1810-1849), aunque también destacan los de Mendelssohn (1809-1847), Schumann (1810-1856), Liszt (1811-1886),  Fauré (1845-1924) o Debussy (1862-1918).

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El sueño es tan necesario en los adultos como en los niños y por eso muchos músicos se han esmerado en componer delicadas y deliciosas nanas para llevar el descanso a los hogares. La conocida nana de Brahms (1833-1997), la nana de Falla (1876-1946) o la Canción de cuna para dormir a un negrito de Montsalvatge (1912-2002), son canciones para dormir que forman parte de nuestra tradición musical.

Finalmente os ofrecemos una lista de música en Spotify para que podáis disfrutar de algunas de las obras mencionadas en esta entrada y de otras que pueden contribuir a vuestro descanso y relajación.

Cristina Fernández