Leire Frisuelos

Hoy os traemos tres interesantes opciones para leer este verano. En primer lugar, Últimas tardes  con Teresa de Juan Marsé, autor recientemente galardonado con el Premio Cervantes. Publicada en 1966, esta novela narra la historia de Teresa, una estudiante universitaria perteneciente a la burguesía catalana, y el Pijoaparte, un charnego que se gana la vida como ladrón de motos. Los pretendidos ideales de la juventud, la impostura y la nostalgia de suburbio marcarán la relación de estos dos personajes, convertidos hoy en mitos de la narrativa hispánica del siglo pasado.

Caminan lentamente sobre un lecho de confeti y serpentinas, una noche estrellada de septiembre, a lo largo de la desierta calle adornada con un lecho de guirnaldas, papeles de colores y farolillos rotos: última noche de Fiesta Mayor…

(Últimas tardes con Teresa, Juan Marsé. Barcelona, Ed. Lumen, 2000.)

El verano es un buen momento para acercarse a Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Esta novela es un viaje al mundo de un grupo de jóvenes poetas mexicanos, encabezados por Ulises Lima y Arturo Belano, pertenecientes al movimiento del Realismo Visceral. Construida con fragmentos de conversaciones y escenas encadenadas, Bolaño crea una voz propia para cada uno de los numerosos personajes que aparecen en la novela. No sin acierto ha sido calificada como la Rayuela del siglo XXI.

He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación. Mejor así.

 (Los detectives salvajes, Roberto Bolaño. Barcelona,  Ed. Anagrama, 1998.)

 

Terminamos con El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza, en la que un detective muy poco convencional investiga la desaparición de unas niñas del Colegio de las Madres Lazaristas de San Gervasio, en Barcelona. La trama policiaca, los personajes delirantes y las situaciones absurdas en que éstos se ven envueltos, unido al chispeante sentido del humor que caracteriza al autor, hacen de este libro una lectura desengrasante y muy divertida.

Habíamos salido a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, táctica por mí concebida, el duro   entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros tantos elementos a nuestro favor.

 (El misterio de la cripta embrujada, Eduardo Mendoza. Barcelona, Seix Barrall, 1990)

Esperamos vuestras recomendaciones literarias para este verano.